Brembo SpA, en colaboración con Cannon Ergos SpA, ha construido una planta piloto para fabricar aleaciones metálicas semisólidas para la industria del automóvil. El proyecto se realizó en el Parque Científico y Tecnológico Kilometro Rosso y fue cofinanciado por el Programa Europeo LIFE.
Los resultados del programa de investigación iniciado en julio de 2016 fueron presentados en el Kilometro Rosso. El proyecto implicó la construcción de una nueva planta piloto destinada a la fabricación a gran escala de componentes ligeros y de alta calidad para automóviles y motocicletas. Este proyecto denominado LIFE CRAL (CRadle-to-grave Approach to Light alloys) está cofinanciado por el Programa Europeo LIFE 2014-2020 (Programme for the Environment and Climate Action) y está coordinado por Brembo SpA, líder mundial en el diseño, desarrollo y producción de sistemas de frenado, en colaboración con Cannon Ergos SpA, empresa del Grupo Cannon especializada en el diseño y la producción de soluciones industriales a medida.
El Parque Científico y Tecnológico Kilometro Rosso fue el centro de investigación y ensayo de este innovador sistema que utiliza aleaciones metálicas semisólidas dotadas de unas propiedades tecnológicas características.
El objetivo del CRAL era el desarrollo de un proceso, a escala de preproducción industrial, para componentes de alto rendimiento para la industria del automóvil mediante el uso de aluminio reciclado o también llamado eco-magnesio (Eco-Mg). El proceso ha sido certificado, consiguiéndose:
El proyecto CRAL forma parte del marco regulatorio del Reglamento CE 1907/2006 REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and restriction of CHemicals), que tiene como objetivo la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a los efectos que pueden presentar los compuestos químicos y establece, entre otras cosas, la creación de una Agencia Europea para el control de las emisiones químicas.
Al mismo tiempo, el Reglamento promueve el desarrollo de proyectos y líneas de producción destinados a reducir las emisiones de gases contaminantes, de acuerdo con los objetivos europeos de LIFE 2014-2020 y Horizon 2020. El presupuesto total para la puesta en marcha de la planta piloto fue de 3.227.341 €, de los cuales la Comisión Europea aportó 1.850.700 €, mientras que el resto fue garantizado por los dos socios del proyecto.
Con el proyecto CRAL, Brembo y Cannon Ergos han demostrado la viabilidad de un proceso productivo de vanguardia, capaz de garantizar una serie de resultados paralelos e interconectados, con dos objetivos: el «técnico» y el «medioambiental».
El objetivo técnico se ha alcanzado mediante la producción de componentes de automoción capaces de garantizar unos óptimos rendimientos y comportamientos, iguales o superiores a los de los componentes estándar convencionales, utilizando tanto aleaciones de aluminio reciclado de baja pureza (es decir, con un alto contenido en hierro) como la nueva aleación Eco-Mg. Esta premisa fue confirmada por las pruebas específicas realizadas en los demostradores, que respondieron sumamente bien a ciclos de validación repetidos.
El objetivo medioambiental - el principal objetivo del nuevo proceso de producción - se ha conseguido con la selección de las aleaciones, que permiten reducir el impacto medioambiental y contribuyen a alcanzar los objetivos fijados por la Unión Europea en términos de protección de la capa de ozono y eliminación de la huella hídrica en la producción de aluminio primario, además de la mencionada reducción de las emisiones de CO2.
Roberto Vavassori, Chief Public Affairs & Institutional Relations Officer de Brembo «La planta piloto CRAL permitirá rediseñar toda la cadena de producción con el fin de utilizar esta innovadora tecnología en la producción en serie de componentes de alto rendimiento, utilizando materiales con un bajo impacto medioambiental. En este contexto, el proyecto CRAL tiene un enorme potencial en términos de replicación y transferibilidad, beneficiando a industrias que no pertenecen al sector de la automoción. El objetivo principal de Brembo ha sido el de reproducir este proceso, especialmente en lo relativo a la reducción de su propia huella ambiental. Muchas empresas que operan en los sectores de la automoción y aeroespacial ya han mostrado un gran interés en utilizar esta tecnología para producir sus propios componentes. Así, la tecnología desarrollada en el proyecto CRAL responde a una demanda real de la industria y abre el camino a nuevas posibilidades de desarrollo».
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